“Allí conseguimos contactarnos con un importador, la venta se realizaba por el mecanismo de leasing. En el año 1997 vendimos más de 20 hornos en Chile, y al año siguiente se frenó la venta debido a la crisis asiática”, expresó Schepens.
“Desde el año 2003 estamos trabajando con Estados Unidos. En ese momento ese mercado era muy importante para nosotros, pero el mercado interno se ha fortalecido en todos estos años”, manifestó el metalúrgico. Hoy ese mercado representa un 20% de la facturación de la empresa.
La empresa está exportando en estos momentos equipos a Uruguay, Bolivia, México y Honduras. En el caso de Estados Unidos la empresa exportaba equipos especiales a pedido de cada cliente. “Estos trabajos llevan mucha ingeniería y mucho trabajo de instalación”. Y agrega Schepens que “el último equipo que enviamos el año pasado necesitamos tres contenedores para despacharlo, y nuestro grupo de trabajo tuvieron que viajar tres veces para instalarlo; es decir, se necesita de una logística importante para llevar a cabo estos trabajos”.
Respecto a la competitividad de su empresa, Schepens aseguró que “en lo que son hornos rotativos nosotros estamos muy ajustados con los precios comparando con otros países”. “Nosotros hace un año que no movemos la lista de precios a la exportación y para el mercado externo estos hornos los tenemos un 20% más barato que para el mercado interno”.
Schepens hizo mención al alto costo de flete que deben afrontar para exportar. Graficó con un ejemplo, “para exportar a Honduras el flete marítimo desde el puerto de Buenos Aires hacia ese país nos sale u$s 2000, y el flete para enviar un container desde María Grande al puerto de Buenos Aires nos sale $ 6.500”. “Es fácil exportar estando cerca del puerto, pero desde el interior del interior es más costoso”, señaló el empresario.
Por último, Schepens señaló que en el mercado interno “estamos trabajando muy bien, muy firmes, y además estamos invirtiendo en la planta ampliando su capacidad en un 30%”. Fuente: Redacción ConSuEmpresa